Vuelve a Lima Niños del Cerro, una de las bandas independientes más representativas de Chile. El año pasado, publicaron su tercer disco, "Suave Pendiente", un álbum ambicioso de quince canciones que son una experiencia sonora exquisita de escuchar, y con lo que se sienten muy satisfechos, según comenta Simón Campusano, vocalista, compositor y guitarrista de Niños del Cerro, con quien pudimos conversar previo a su concierto en Lima, este jueves dos de marzo en Yield Bar. Las entradas están disponibles en Joinnus

¿En qué contexto crearon el Suave Pendiente y qué los influenció?

El "Suave Pendiente" es un disco pandémico, todo. Comencé a componer las canciones en el 2020, en pleno encierro, y recién el 2021 pudimos concretar la grabación del disco. Es un álbum que está muy permeado de eso, y que por lo mismo nos permitió nos permitió hacer una mayor cantidad de canciones y profundizar más en esos temas, a nivel de composición y producción. Nunca habíamos tenido tanto tiempo para hacer un disco. Está muy empapado de esa época y por lo que estábamos viviendo en ese momento. 

"Suave Pendiente" es un disco más experimental, donde dan más espacio a los silencios y los sonidos atmosféricos. En este tercer álbum logran mejorar y superar la propuesta inicial de Niños del Cerro desde su primer disco. 

Sí, claro. Es una decisión muy consciente, algo que queríamos hacer desde el primer disco, llevar a un lugar más sofisticado la propuesta que ya teníamos, y sobretodo las cosas que ya nos gustaban de lo que veníamos haciendo. No dejar de hacerlo ni dejar ese sonido por completo, sino que llevar eso mismo a un lugar que por lo menos para nosotros, pueda sonar más sofisticado, más trabajado, profundizar en ciertas ideas, tanto conceptualmente y artísticamente, pero también a un nivel más concreto, con detalles de arreglos de producción. 

Este nuevo disco inicia con "Povidona", y no pude evitar recordar una canción del folclore peruano que se llama "Ojos azules", y el coro de esta canción suya dice "ojos azules no llores", como la canción peruana, ¿tomaron esta canción como referencia o es pura casualidad?

Sí, es una cita. Una referencia muy concreta. Lo que pasa, es que en Chile o en Latinoamérica en general, esa canción es bastante popular del folclore andino, altiplánico. En Chile es una canción que se popularizó en la década de los 70 por Inti Illami, un conjunto muy importante acá en Chile, que grabaron una versión que se hizo muy popular. Supongo que en Perú debe ser igual, que sienten que es una música que está desde siempre, que uno escucha desde niño. 

A mí me encanta la música andina, me encanta su sensibilidad, lo triste que puede llegar a ser. Eso es algo con lo que el chileno se identifica mucho. Siento que históricamente, la música en Chile es muy triste, muy melancólica. Me gusta que sea así y ser parte de esa tradición.

 

Es inevitable darse cuenta de esas referencias sonoras de música andina en la propuesta de Niños del Cerro, de hecho, me parece muy interesante cómo las bandas chilenas han sabido musicalizar de una forma particular el folclore de los andes. En Perú tenemos a Ailis Blue y Danitse, dos referentes que al igual que varios otros, también han sabido refrescar los sonidos andinos con pop y otros recursos. 

Sí, es que es algo que está muy arraigado a nosotros. Acá en Chile, escuchar esa música es algo que venimos haciendo desde siempre. Es algo que a mí me ha influenciado mucho desde niño, sin que mi familia tenga una relación muy directa con esa música. Nosotros (Niños del Cerro), somos muy hijos de eso y de escuchar bandas como Pavement o Sonic Youth, que todo bien con ellos, pero no podemos negar que muy dentro de nosotros hay esa sensibilidad de la música andina.

En Latinoamérica tenemos tantos elementos para darle contexto a la música que hacemos, como para decir "sí, nosotros somos de acá", y no somos lo mismo que una banda de Oregón o de algún lugar perdido de Estados Unidos. No nos interesa parecernos a eso. Nos interesa sonar lo más auténtico posible y por lo menos para mí como compositor, la música andina es una tremenda influencia. 

Al igual que la mayoría de las bandas independientes, guardan una forma propia de hacer las cosas, que les da mayor libertar creativa, pero también de gestión. Esto en algunos casos por escasos recursos que tienen para desarrollarse, pero también por situaciones adversas, y el poco interés del Estado. Sin embargo, se ha convertido en un sello característico de hacer las cosas.

Creo que nuestra música no tiene relación directa con la política, pero en el fondo, todo es político. Creo que la política tiene más que ver en la forma que tenemos de hacer las cosas o las decisiones que hemos tomado con el tiempo. 

Nosotros somos cinco jóvenes de la periferia de Santiago, que crecimos entre la educación pública y la educación privada, que tuvimos que endeudarnos para ir a la universidad. Entonces ya venir de esos lugares, más o menos te condiciona a guardar la vida de una forma más politizada. 

Siento que nosotros desde el primer minuto nos planteamos como una banda periférica, y eso determinó que los lugares donde tocábamos en un principio, eran casas de amigos en la periferia misma, en vez de tocar en los bares del centro de Santiago donde no tenía mucho sentido para nosotros, habitar en ese entonces, y eso nos juntó con personas con ideas políticas afines. 

Este año cumplen nueve años de formados. ¿En qué momento se sienten como banda luego de haber sacado un tercer disco que ha llenado sus expectativas? 

No me gusta interpretar las cosas de manera tan lineal, sobretodo haciendo música en Latinoamérica. Todas esas cosas son mas bien cíclicas. No es como que haces un disco y te vuelves famoso y millonario. Claramente eso no nos pasó y no nos va a pasar a menos que hagamos música súper mainstream o música urbana. Esa idea la abandonamos hace mucho rato, pero en este momento nos sentimos muy cómodos con lo que estamos viviendo ahora.

Nos sentimos cómodos con el público, que ha ido creciendo gradualmente a lo largo de los años y que podamos, por ejemplo, hacer un poco más sustentables y frecuentes este tipo de viajes, a Lima y a otros lugares de Latinoamérica. Eso a nosotros nos pone súper contentos. Ese creo que es el lugar en el que estamos en este momento.

Sobre Rosa Magallanes y la importancia de llevar la música a todos lados.

Roja de Magallanes es un lugar donde se hacen shows en vivo, que queda en el mismo barrio donde yo crecí toda la vida, en La Florida (periferia de Chile). En el 2012 yo iba a "tocatas" (conciertos), donde no iba tanta gente y era una escena mucho más nicho, mucho más chica; cuando empezamos a tocar nosotros y empezamos a tener más visibilidad, comenzó a ir gente de todo Santiago y ahora pasa que Roja de Magallanes está súper instaurado como un buen lugar para ver música en vivo.

Me acuerdo que hace unos meses toqué en Roja Magallanes, y llegaron unos chicos de Guadalajara que habían comprado tickets para el show. Que vengan desde tan lejos para vernos, eso me parece muy importante, seguir trabajando desde ahí, porque desde ahí venimos nosotros y es ahí donde me sigo sintiendo cómodo. 

Me siento infinitamente más cómodo tocando ahí que en el Primavera Sound, por ejemplo, donde la entrada es carísima y está bien, porque estás viendo artistas internacionales, y en el fondo la entrada que pagas vale toda esa experiencia, pero en el cotidiano, creo que hay que acercar la música a lugares donde antes no estaba.

Para mí, siendo un joven de la periferia de Santiago, sigue teniendo mucho sentido eso. Fortalecer esos lugares y que vayan creciendo con el tiempo.

¿Es muy pronto para pensar en la elaboración de otro disco? ¿Qué es lo siguiente para Niños del Cerro?

Volviendo de la gira, tenemos un par de shows en Chile. Queremos presentar el disco tal cual suena y llevar a los invitados del disco. Va a pasar buen tiempo antes de ponernos a trabajar en otro disco. Ahora tenemos ganas de tocar en vivo. 

Nosotros somos muy de responder a los procesos que se van dando de manera natural y no forzar las cosas, solo hay que estar atento, desarrollar sensibilidad para saber interpretar los momentos, las energías y hacia dónde van las cosas. Saber cuándo es buen momento para grabar canciones nuevas, cuándo es buen momento para dejar de tocar un rato o cuándo es buen momento para estar de gira. Creo que siempre estamos tratando de interpretar las cosas y de no forzarlas. De esa forma yo creo que vamos a hacer canciones nuevas, pero no sé cuando.

En lo que esperamos nuevo material, hay más de una hora de música fresca para disfrutar en el nuevo disco de Niños del Cerro, Suave Pendiente. Podremos disfrutarlo en vivo este jueves dos de marzo en Yield Bar del Centro de Lima (Jr. Carabaya 815). A la fiesta se suma la banda colombiana Quemarlo Todo Por Error, que llegan por primera vez a nuestra ciudad. Las entradas están disponibles en Joinnus desde S/110.00. Concierto organizado por la Agencia Criatura y El Brillante

Te dejamos completo, el disco Suave Pendiente, para que calientes motores para el concierto en Lima.